Somos una de las pocas empresas que mantienen en activo la destilería en nuestro país. A mediados del mes de octubre comienza la dura campaña de destilado, que se prolongará durante todo el invierno. Recogemos orujo de decenas de bodegas con denominación de origen, y lo ensilamos para posteriormente destilarlo en nuestro alambique de cobre.

                                                

Una caldera alimentada con leña produce el calor que necesitan los dos calderines donde hemos introducido el orujo. Con paciencia y buen hacer extraemos el alcohol de ese orujo, que se convertirá en nuestro preciado aguardiente.